La Corte de Apelaciones de Texas dictamina que los jueces no pueden usar descargas eléctricas para «hacer cumplir la etiqueta»
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Una corte de apelaciones en Texas anuló la condena de un «acusado obstinado» que se sorprendió cuando usó un cinturón de vértigo tres veces por orden del juez durante intensos intercambios.
El tribunal declaró que el juez ordenó la descarga eléctrica de Terry Lee Morris «no por motivos legítimos de seguridad, sino simplemente para demostrar el poder del tribunal». Según el dictamen del 28 de febrero de la Octava Corte de Apelaciones de Texas en El Paso, la zona de vértigo produce una descarga eléctrica de 50.000 voltios, que puede provocar ansiedad y afectar temporalmente la capacidad cognitiva.
El tribunal declaró que se violó el derecho de Morris a comparecer ante el tribunal en virtud de la Sexta Enmienda porque tenía demasiado miedo de no poder regresar al tribunal después de recibir una descarga. The Washington Post y los abogados de Texas informaron.
«Aunque el tribunal de primera instancia se sintió comprensiblemente frustrado con un acusado obstinado, la respuesta desproporcionada del juez no lo fue», escribió la jueza Yvonne Rodríguez en su opinión al tribunal. «No creemos que el juez de primera instancia pueda usar el cinturón de vértigo para imponer la etiqueta.
«La correa de vértigo es un dispositivo para garantizar la seguridad personal; no es un collar de ajuste operativo que se usa para castigar al imputado hasta que éste obedece al capricho del juez. Cuando el juez convierte la corte en una caja Skinner, choca al imputado hasta que se lo proporciona al juez. Cuando le gusta el comportamiento, este tribunal no puede quedarse al margen y no decir nada «.
Morris fue declarado culpable de solicitar actos sexuales a niños y sentenciado a 60 años de prisión. El tribunal rechazó y envió de vuelta para un nuevo juicio.
El intercambio entre el juez de Fort Worth George Gallagher y Morris tuvo lugar el primer día del juicio de 2014. Comenzó cuando Gallagher le pidió a Morris que se declarara culpable. Morris se opuso al collar resistente a los golpes en su tobillo y dijo que iba a presentar una demanda contra su abogado y juez.
Gallagher destituyó al jurado y Morris continuó hablando. Gallagher advirtió a Morris de «cualquier arrebato adicional». Este intercambio es el siguiente:
Gallagher: ¿Seguirás las reglas?
Morris: Señor, le he pedido que lo evite.
Gallagher: ¿Seguirás las reglas?
Morris: Tengo una demanda pendiente en tu contra.
Gallagher: Golpealo.
El diputado sorprendió a Morris.
Gallagher: ¿Tienes que cumplir con las reglas?
Morris: Soy cliente de MHMR.
Gallagher: ¿Tienes que cumplir con las reglas?
Morris: Tengo antecedentes de enfermedad mental.
Gallagher: Golpéalo de nuevo.
El ayudante volvió a sorprender a Morris.
Gallagher continuó preguntándole a Morris si se comportaría bien. Morris continuó protestando porque estaba tomando drogas para tratar problemas de salud mental y el tribunal lo estaba «torturando». Gallagher ordenó una tercera descarga eléctrica.
Gallagher dijo más tarde que había ordenado que se sorprendiera a Morris porque «su comportamiento seguía aumentando». Morrison fácilmente podría apoderarse de más de 200 libras de monitores de video cercanos, lo que afectaría la seguridad de los abogados en el bar.
El abogado Bill Ray, que representó a Morris en el juicio, le dijo al abogado de Texas que no se oponía a la orden impactante porque Morris estaba actuando como un «cañón listo para ser disparado».
«Ese tipo se salió de control, yo estaba de pie junto a él, le tenía miedo. Y estaba de pie junto a gente muy molesta», dijo Ray. También dijo que el collar de choque no parecía estar conectado correctamente, y creía que Morris no estaba realmente sorprendido.